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El neurocientífico David Eagleman nos dice: “Nuestra experiencia de la realidad es una construcción suprema del cerebro”. Aunque esta construcción se basa en los datos provenientes de nuestros sentidos, no depende de ellos, porque si se eliminan todos estos datos, la realidad continúa.

Se hicieron algunos estudios con reos que estuvieron prisioneros en Alcatraz, los cuales fueron confinados a la soledad del agujero, un espacio oscuro y apartado, en el que no tenían prácticamente nueva información sensorial. Aun así, ellos creaban su realidad y la veían como algo verdadero.

Ante un estímulo, nuestros sentidos nos proporcionan datos. 400 billones de bits/seg. de información que llegan al cerebro.  En el cerebro límbico se encuentra la amígdala, que es como el guardia de la garita de la base militar. Si detecta una posible amenaza dispara una alarma y se pone en marcha el sistema de defensa del cuerpo. El propósito principal de nuestro cerebro es nuestra propia sobrevivencia. Sentimos antes de pensar.

¿Recuerdas el caso de Zidane, el futbolista?  El sufrió lo que Daniel Goleman llama el secuestro de la amígdala. Solo sientes, no puedes pensar.

También, la información que captan los sentidos, va a la corteza prefrontal, que es la parte lógica racional. Tarda mucho más tiempo en llegar ahí que al cerebro límbico. Esta información es filtrada a través de nuestras creencias, pensamientos, nuestra raza, sexo, historia personal, recuerdos, juicios, valores, cultura, etc. y desde estos filtros interpretamos entonces la realidad.

¿Te hace sentido entonces que tú realidad es sólo tú realidad? Cambiando tus propios pensamientos, creencias, o juicios, o bien, resignificando tus experiencias, entonces sucederá algo maravilloso: Cambiarás tu realidad.

¿Te has dado cuenta cómo dos personas reaccionan distinto ante un mismo evento o situación? Es porque el cerebro genera su propia realidad.

Percibimos, sentimos, interpretamos, pensamos y sentimos. En base a este sentimiento generamos una acción y de acuerdo con ella, obtenemos un resultado. Ya sea positivo o negativo.

En Coaching le llamamos el observador, a la persona que interpreta la realidad. Dicho observador puede ser de diferentes formas: Crítico, apreciativo, víctima, positivo, negativo, etc.

¡Tú tienes la posibilidad de elegir en dónde poner tu atención y elegir si quieres ver la realidad con unos nuevos lentes! Ver tu vida y lo que te sucede con una óptica diferente, te genera una nueva realidad.

¿A dónde crees que te lleve si pones tu atención en la crítica, en las limitaciones, en la culpa o en el miedo?

¿Qué sucedería si mejor pones tu enfoque en apreciar, en agradecer o en amar?

¿Qué tanto crees que cambiaría tu vida?

 

Cambia tu observador y te garantizo que cambiará tu realidad.

 

Una chispa de amor de la Coach LIZ BEREA

lizberea@mettaccoaching.com

 

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